

Fabricante: Ixo-Altaya.
Miniatura del Seat Ibiza Bimotor Proto - escala 1/43
Reproducción a escala 1:43 del SEAT Ibiza Bimotor Proto de José María Serviá y Lluis Corominas en el Rallye de Lloret de Mar de 1988, dorsal 1.
El SEAT Ibiza Bimotor era competitivo en tierra por su tracción total lograda con dos motores y una única caja de cambios. Fue un intento innovador por parte de SEAT Sport, pero su complejidad lo hizo poco práctico para la competición. Sin embargo, quedó en la historia como uno de los prototipos más salvajes jamás creados en España.
Escala: 1/43
Marca: SEAT
Modelo: Ibiza Bimotor
Decoración: Rojo
Fabricante: Ixo (Altaya)
Competición: Campeonato de España de Rallyes de Tierra (CERT)
Carrera: Rallye de Lloret de Mar 1988
Piloto: José María Serviá
Copiloto: Lluis Corominas
El SEAT Ibiza Bimotor Proto fue un coche experimental creado por SEAT Sport en la década de los 80 con una idea revolucionaria: montar dos motores, uno en el eje delantero y otro en el trasero, para conseguir tracción total y una potencia descomunal.
Uno de los pilotos más emblemáticos que lo condujo fue José María Serviá, un especialista en rallyes y raids que se atrevió a domar esta bestia en varias competiciones.
Motores: 2 motores 1.5L de 4 cilindros (uno en cada eje)
Potencia total: Aproximadamente 300 CV (150 CV por motor)
Peso: Alrededor de 1.000 kg
Tracción: Total (gracias a los dos motores funcionando en conjunto)
Caja de cambios: Dos transmisiones independientes sincronizadas
El concepto era similar al Audi Sport Quattro S1, pero con una ejecución más radical: cada motor movía un eje del coche, lo que complicaba enormemente la conducción.
José María Serviá, piloto experimentado en rallyes y raids, fue uno de los encargados de pilotar este coche en pruebas nacionales y exhibiciones.
Momentos destacados con el Ibiza Bimotor Proto:
Compitió en rallyes de tierra y raids en España, sorprendiendo por su brutal aceleración.
Serviá demostró su habilidad al controlar un coche tan complicado, ya que la sincronización de ambos motores era un reto técnico y de pilotaje.
A pesar de su velocidad, el coche tenía problemas de fiabilidad y sobrepeso, lo que limitó su desarrollo.